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El Club de Excelencia Educativa tiene el objetivo principal de concentrar a todos los profesores interesados en intercambiar y aprender buenas prácticas educativas para, como diría el filósofo José Antonio Marina, convertirse en semillas de cambio capaces de transformar desde las aulas el sistema educativo en pos de la excelencia académica.


A lo largo de los últimos quince años hemos entrado en cientos de aulas y visto, con el respeto que merece esa entrega oculta, como muchos maestros se dejan la piel en la batalla silenciosa de sacar los mejor de sus alumnos. Cada uno destaca por algún rasgo especial: la calidad del trato con los niños, la pasión por su materia, la capacidad extraordinaria de comunicar y seducir, el rigor y el control de la disciplina, la capacidad de incluir a los que tienen dificultades, o la habilidad de empujar a los alumnos a afrontar desafíos que les ayudan a crecer... Pero algunos, tienen una extraña combinación de todas ellas que les hace extraordinarios y que nos hacen preguntarnos cómo sería nuestro sistema educativo si todos fuéramos así.

Estamos muy cansados de que voces interesadas y negativas monopolicen los medios de comunicación y los foros de decisión políticas... estamos legítimamente enojados porque copan los titulares gentes que poco saben de cómo hacer bien las cosas en una escuela. Pero dar vueltas erráticas alrededor de los problemas no nos va a ayudar a cambiar las cosas. Es más eficaz buscar a quién sabe hacerlo mejor en circunstancias similares a las nuestras, en escuelas donde la diversidad, las ratios, la precariedad de medios, la desidia de algunos compañeros o la falta de apoyo de la administración no impide que algunos logren resultados espectaculares.

Como los viejos maestros artesanos que aceptaban aprendices que se convertían en su sombra, y observaban, entre la admiración y el respeto, como eran las rutinas, los fracasos, los sacrificios, el esfuerzo y los quehaceres ocultos sobre los que descansa la genialidad de cualquier arte, queremos acercarnos a los mejores y descubrir qué les hace ser diferentes.... y construir una sabiduría práctica del buen quehacer educativo. Si crees que tienes cerca profesores así, mándanos un correo y cuéntanoslo... ¡Queremos reunir unos cuantos gramos de levadura que permitan elevar nuestras escuelas!

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